"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"
Inclusión laboral
Maribel Rodríguez Montes, gerente de Feafes Empleo
“En España no hay empresas que busquen a personas con enfermedad mental para contratarlas”
21/02/2014
Beatriz Sancho
El mejor plan de vida es el que surge del corazón y no de las expectativas que se crea el ego y, por ello, las voluntades con el mismo sentir se han ido sumando a la de Maribel Rodríguez Montes para lograr un mayor arraigo social de las personas con enfermedad mental y, tan importante terapéuticamente, su inclusión laboral. Consciente de la labor que queda por hacer, su aventura existencial iniciada hace 30 años en un hospital psiquiátrico como terapeuta ocupacional, le ha hecho coprotagonista de la creación de entidades que contribuyen a su misión personal como AFAUS pro Salud mental, Fundación Madre, Feafes Empleo y, recientemente, la Fundacion Empleo y Salud Mental. Está empeñada en encontrar patrocinadores que encaucen y materializan los necesarios fines de esta última. Si alguien se presta, por favor que pregunte en esta casa, la del CERMI Estatal, claro.
¿Cuál es la clave para incluir laboralmente a las personas con enfermedad mental? ¿Cuáles son los talentos de las personas con enfermedad que la sociedad está dejando de aprovechar?
Como para cualquier trabajador, la clave es una buena formación y experiencia, pero en el caso de las personas con enfermedad mental habría que añadir confianza. Confianza en sí mismos, en que pueden hacerlo, y confianza por parte de la familia para que les trasmitan que no pasa nada si alguna vez no pueden lograrlo. Pero también necesitan la confianza del empresario que está contratando a una persona sumamente fiel a la empresa. Esta sociedad está dejando de aprovechar trabajadores con un gran deseo de aprender, de hacer su trabajo bien, de crecer, de compartirse con los compañeros y en el trabajo. Cuando una persona con enfermedad mental quiere trabajar, a pesar de la medicación que tiene que tomar y que, en muchas ocasiones, les deja agotados, es que tiene unas ganas tremendas ganas de hacerlo.
"La sociedad está dejando de aprovechar trabajadores con enfermedad mental con un gran deseo de aprender, de hacer su trabajo bien, de crecer y de compartirse con los compañeros"
¿Cómo sería un nuevo modelo de inclusión laboral para las personas con enfermedad mental?
Un modelo con itinerarios personalizados y flexibles en los que la persona pudiese moverse según el momento vital en el que se encuentre. Los apoyos deberían de ser como una mochila: acompañarían a la persona y esta podría utilizarlos cuando los precise. Tiene que ser un modelo donde la etiqueta no sea lo que prime sino el saber hacer, las ganas de aprender. Un modelo en el que se valoren los intereses de la persona y huyan del proteccionismo, del paternalismo o del puro entretenimiento.
"El modelo de inclusión laboral para las personas con enfermedad mental tiene que ser personalizado y flexibles"
¿Cuál sería la hoja de ruta para que una persona con enfermedad mental que esté estable logre un empleo? ¿Cuál es la manera idónea para que una persona con enfermedad mental se forme, se informe y acceda a un puesto de trabajo?
No todas las personas precisan empezar del mismo modo, pues no todas las personas están en el punto cero. Por eso la hoja de ruta debe ser personalizada teniendo en cuenta lo que ya tiene la persona y lo que le falta por conseguir. La fase pre laboral o de rehabilitación es importante, es la puesta a punto, el “engrase” para comenzar la caminata. También lo es una acertada orientación vocacional para que la persona sepa en qué es buena, qué se le da bien, qué formación tiene y si esa formación le vale para encontrar trabajo o requiere otra distinta. A la hora de buscar trabajo también es importante saber qué apoyos va a necesitar la persona con enfermedad mental porque habrá trabajos asequibles y otros que les sean menos recomendables por ciertas peculiaridades como el turno, los horarios, etc. El trabajo en un Centro Especial de Empleo (CEE), por tratarse muchas veces de personas con mayor dificultad para acceder trabajo, puede ser un buen paso para afianzar y fortalecer las capacidades antes de lograr un empleo ordinario o como trabajo de continuidad si la persona así lo elige.
Hablamos de cooperación en el sentido de promover alianzas porque el trabajo aislado no contribuye al avance y lo que valoramos es trasferir y compartir los conocimientos. En Feafes Empleo tenemos un alto grado de conocimiento en el empleo de personas con trastorno mental grave (TMG) y, precisamente, esa experiencia la podemos compartir al mismo tiempo que podemos aprender de la que tienen otros sectores de la sociedad. Queremos que aquellas iniciativas de éxito puedan compartirse, importarse, exportase, salir de nuestras fronteras.
"En Fundación Empleo y Salud Mental queremos que las iniciativas de éxito puedan compartirse, importarse y exportase, salir de nuestras fronteras"
A través de la investigación queremos proponer y participar en proyectos y estudios que contribuyan a conocer mejor aquellos aspectos que pueden estar influyendo en la baja empleabilidad de las personas con TMG. Queremos hacer una recopilación epistemológica, buscar datos y evidencia que nos ayuden a crear nuevos métodos, utilizando nuevas técnicas y tecnologías.
No hay nada que genere más desconfianza que el desconocimiento, por esa razón uno de los ejes de actuación de la Fundación Empleo y Salud Mental será la divulgación en el sentido de facilitar información, documentación, apoyo y orientación. Para ello, se realizarán publicaciones, vídeos, guías, folletos, jornadas, foros, se participará en las redes sociales y en otras acciones que contribuyan a formar, capacitar y sensibilizar a los profesionales y a los agentes sociales.
"No hay nada que genere más desconfianza que el desconocimiento"
¿Buscarán empleos directos a personas con enfermedad mental que lo soliciten?
Por ahora lo hacemos a través de los socios de Feafes Empleo. Desde la fundación lo que damos es el apoyo a las entidades, el apoyo a los empleadores, a las empresas que deseen contratar a personas con enfermedad mental. También al trabajador que le sobrevenga la enfermedad estando ya en el trabajo porque ese apoyo también es muy importante para evitar que pierda su puesto. En este momento, tenemos un convenio con la Caixa, el programa ‘Incorpora Salud Mental’, para poder dar ese soporte técnico. También estamos trabajando en experiencias de éxito para poder crear franquicias que permitan la creación de nuevos puestos de trabajo con el apoyo del BBVA
¿Existe alguna empresa en España que vaya a Feafes o Feafes Empleo u otra entidad a buscar a personas con enfermedad mental para contratarlas? ¿Cuántas y cuáles empresas en España, de haberlas, se presentan voluntarias para acoger a personas con enfermedad mental como trabajadores?
De momento no hemos tenido esa suerte. En España no hay empresas que busquen a personas con enfermedad mental para contratarlas directamente en nuestras entidades. Muchas personas con enfermedad mental solicitan información sobre puestos de trabajo y, últimamente, empiezan a acercarse empresas para que les realicen trabajos desde los Centros Especiales de Empleo (CEE), que también ayuda, pues de esta forma el CEE puede contratar más trabajadores. Pero no vale como formula única, por supuesto. Sería importante el poder revisar el concepto de enclave laboral como fórmula para acercar, de manera integral, el trabajador con discapacidad a la empresa ordinaria. Sin embargo, esta figura prácticamente no se utiliza por la excesiva burocracia que se necesita.
"En España no hay empresas que busquen a personas con enfermedad mental para contratarlas"
¿Qué les diría a los empresarios para concienciarles del beneficio, la necesidad y la justicia de incluir laboralmente en sus comercios y empresas a personas con enfermedad mental?
La distancia que hay entre una persona con empleo y otra desempleada es la falta de oportunidades. Cuando un empresario ofrece un trabajo a una persona con discapacidad debería de olvidarse de la bonificación, de la obligación y centrarse en su responsabilidad social corporativa, así como en potenciar y generar oportunidades para contribuir a crear proyectos de vida, hacer que otra realidad sea posible y, además, contar con un buen trabajador.
¿Es recomendable que una persona informe en la entrevista de trabajo o una vez contratada de su enfermedad mental a sus jefes y compañeros? ¿Por qué?
Esta pregunta no es fácil y es comprensible que cada persona decida hacerlo de una manera o de otra. Pero lo cierto es que cuando se oculta la enfermedad mental se le está otorgando, precisamente, el mismo valor que le da la sociedad. Esa persona tendrá que vivir con una mentira continua, con el temor a ser descubierta y la situación podría generarle un alto nivel de estrés. A la persona la deben contratar primero por su capacidad para la realización del trabajo y deberá conocer si hay alguna limitación para el desempeño del mismo. El desconocimiento también puede generar desconfianza y mayor dificultad si, en un momento, se precisa apoyo de compañeros o jefes. Pero es una decisión difícil.
"Cuando se oculta la enfermedad mental se le otorga el mismo valor que le da la sociedad y la persona vivirá con el temor a ser descubierta y bajo un alto nivel de estrés"
La ley de protección de datos te permite no decir qué tipo de discapacidad tienes. Es cierto que para trabajar en un empleo protegido es preciso tener una discapacidad igual o mayor al 33% y también que hay centros especializados cuya misión es la integración laboral de personas con enfermedad mental grave o dificultades de inclusión laboral y necesita poder demostrarlo. Pero si la persona no quiere dar esa información, no tendría por qué darla. Es curioso que en este momento en la Comunidad de Madrid sí se está pidiendo este certificado, pero no por parte del CEE, sino de la Administración a los CEE.
¿Por qué ha sido necesario constituir la Fundación Empleo y Salud Mental como complemente de Feafes Empleo? ¿De qué modo se complementan?
En Feafes Empleo, gracias a las entidades miembros, trabajan cerca de 2.300 personas. La experiencia nos dice que las personas con enfermedad mental, incluso las que tienen mayor dificultad, pueden trabajar. Pero también nos topamos con la realidad de que por muchos puestos que generen los CEE, las cifras de desempleo no variarían mucho si no tomamos la determinación de trabajar desde más frentes: desde el análisis de la situación a la búsqueda de soluciones. Si de verdad queremos cambiar las cifras, esa experiencia que tenemos como empleadores, formadores, expertos en apoyos y adaptaciones del puestos, es que, por ejemplo, tenemos en Feafes Empleo, hay que compartirla con otras entidades para que generen también ellas puestos de trabajo para las personas con enfermedad mental.
¿Cómo funciona la Fundación Empleo y Salud Mental?
Como una entidad llena de proyectos, con mucha energía y un patronato joven, pero con una gran experiencia, convencido de lo que esta fundación representa.
En este momento, estamos centrando el trabajo en la línea de investigación, realizando varios estudios que creemos que podremos tener a finales de año y que nos apartarán datos que nos ayuden a ver cuál es el perfil de las personas con TMG en edad laboral. Con ese datos conoceremos los puntos fuertes, pero también los puntos débiles sobre los que hay que actuar. También estamos haciendo un estudio del retorno económico de las personas con enfermedad mental grave que trabajan en los CEE a través de la metodología SROI. Que trabajen propicia un ahorro no solo en aspectos sociales sino también en los sanitarios. Está claro que para todo esto necesitamos patrocinadores. En este momento, nos está ayudando los laboratorios Janssen, pero tenemos la tarea de seguir buscando patrocinadores para llevar a delante las investigaciones y las acciones posteriores necesarias.
"Que las personas con TMG trabajen propicia un ahorro no solo en aspectos sociales sino también en los sanitarios"
Que seguramente, en alguna ocasión, ya ha trabajado con alguna persona con enfermedad mental sin saberlo; que él mismo, probablemente, en algún periodo de su vida o si no algún familiar suyo pueden desarrollar una enfermedad mental y que, en ese caso, no le gustaría que le rechazaran por ello. Le diría que, con seguridad, está perdiendo la oportunidad de conocer a una gran persona.
Las cifras son espeluznantes. Hace unos días se barajaban las cifras de que el 80% de las personas con enfermedad mental están desempleadas. ¿Tienen certificado de discapacidad? ¿Qué hace ese 80% en sus casas? ¿De qué forma les perjudica?
Queremos poder dar respuesta a esa preguntas, pero con datos reales, no solo destacando el dato del porcentaje de desempleados , que se puede extraer de las estadísticas, sino a todas las demás. Sospechamos que no todas las personas con enfermedad mental tienen certificación de discapacidad e incluso en algunas comunidades autónomas los profesionales aconsejaban que no lo solicitasen para evitar ser identificados.
El hecho de no tener trabajo les impide independizarse, llevar una vida social más activa o acceder al ocio como cualquier otro trabajador. Se ve que la red sanitaria y la socio sanitaria han tenido un recorrido más o menos uniforme en España, pero no ha ido de la mano respecto al apoyo al empleo y se ha creado un tapón que mantiene a la persona enganchada a dispositivos asistenciales sin pasar a los laborales. Las personas con TMG pueden pasarse una media de ocho años hasta que llegan a los recursos de empleo, aunque este es un dato que queremos cotejarlo con los resultados que obtengamos nosotros.
¿Cómo es posible que casi el 45 por ciento de las personas con trastorno mental aseguren haber sufrido algún tipo de discriminación laboral? ¿De qué herramientas nos podemos servir para acabar con situaciones como estas?
Difusión, formación, asesoramiento a las empresas... Esas situaciones contribuyen a generar malas experiencia en el trabajador con enfermedad mental y miedo a intentarlo de nuevo.
De la reserva de un 2% de puestos en empresas de más de 50 trabajadores que se establece con la Lismi, ¿sabemos cuántas personas con enfermedad mental han sido contratadas?
No disponemos de ese dato, pero lo que está claro es que si la empresa lo hace por obligación y por la ayuda que percibe y contabiliza igual contratar una persona con una discapacidad del 33% que con un 55 o 65%, la empresa contratará a la persona que tenga menos porcentaje de discapacidad, aunque solo sea por los papeles y no por ser mejor o peor trabajador. Es preciso una discriminación positiva hacia aquellos colectivos o aquellas personas con mayor dificultad para su integración laboral, de lo contrario siempre estarán a la cola.
